GALA 5 DE GH20: EL NAUFRAGIO DEFINITIVO
El jueves vivimos la Gala 5 de Gran Hermano 20 y, sinceramente, lo de anoche no fue una gala… fue un velatorio. Un velatorio largo, torpe y sin música, donde solo faltaba que Telecinco nos ofreciera un chocolate caliente para sobrellevar el sopor. Si alguien dudaba de que esta edición estaba hundida, esta gala ha sido el iceberg definitivo. Y lo peor es que ni siquiera han intentado esquivarlo: han ido directos, sonrientes y sin frenos.
Porque sí, hubo tres expulsados:
José Manuel, expulsado por la audiencia, tal y como ya estaba nominado la semana anterior.
Mamadou, expulsado también “por la audiencia”, pero esta vez en una votación positiva donde supuestamente fue el menos querido. Vamos, que no se lo cree ni el que diseñó la encuesta.
Y Paula, expulsada por sus compañeros. Porque claro, en pleno hundimiento… ¿qué mejor decisión que entregar el programa a los concursantes para que jueguen a “Adivina quién soy” con la expulsión semanal?
Tres expulsados, tres mecanismos diferentes, cero coherencia, cero dignidad y cero intención de darle un cierre medianamente serio a una edición que empezó mal… pero que ahora directamente es un sketch.
JORGE JAVIER: LA PRESENTACIÓN EN MODO “AUTOPILOTO”
Lo de Jorge Javier merece mención aparte. Está claro que él está donde quiere estar y que Telecinco le coloca donde necesita rellenar, pero presentar Gran Hermano como si estuvieras leyendo la lista de la compra debería estar penado televisivamente. Ni emoción, ni épica, ni tensión, ni nada. Lo único que transmite es:
“Yo cumplo, vosotros tragáis, y cuando acabe la gala me voy a casa a ver si tengo algo en Netflix.”
Jorge Javier fue un presentador brillante, eso no se lo quita nadie, pero desde que la cadena decidió cargarse todo el universo Sálvame y vetar a sus colaboradores, él es una sombra de lo que fue. Está ahí, sí, pero no está. Su figura ya no arrastra, ya no enciende, ya no conecta. Y en GH20 eso se nota, se siente y se sufre.
MERCEDES MILÁ DEBE ESTAR REVOLEÁNDOSE EN SU SOFÁ
Si Mercedes Milá —la reina absoluta, la madre espiritual de este formato— está viendo esta edición desde su casa, debe estar retorciéndose. No por rabia: por pena. Porque ver cómo están desintegrando su programa, el que ella defendió con uñas, dientes y pulmón durante 15 años, es una tragedia televisiva.
Mercedes daba alma, cuerpo, pasión y verdad. Era imperfecta, humana, intensa y emocionante. Ahora tenemos un GH sin alma, sin discurso, sin intención y sin respeto. Un GH convertido en trámite, en residuo, en mero contenido para cubrir un hueco en parrilla. Doloroso.
ZEPPELIN Y TELECINCO: LA AUTÉNTICA CULPA QUE NADIE QUIERE NOMBRAR
Y aquí viene lo mejor (o lo peor):
la nula autocrítica. Cero. Absolutamente CERO.
En la gala del jueves, con tres expulsados, la audiencia en caída libre, la edición más fría de la historia y España entera preguntándose qué demonios está pasando… van y sueltan la frasecita:
> “Queda poco para la final, los concursantes podrán pasar las Navidades con sus familias.”
¿PERDÓN?
¿En serio esa es la explicación oficial?
¿De verdad pretenden convencernos de que este cierre exprés es una decisión amable, navideña y bondadosa?
¿Nos toman por ingenuos? ¿Por despistados? ¿O directamente por idiotas?
Están cerrando la edición porque NO HAN SABIDO CONECTAR CON LA AUDIENCIA. Porque el casting no funciona, las tramas no existen, el directo es un cementerio y el programa está hecho sin cariño, sin ideas y sin la más mínima visión. Porque Zeppelin ha perdido absolutamente la mano. Y porque Telecinco está usando GH como un juguete roto, sin entender que este formato no se puede improvisar: se tiene que cuidar, mimar, respetar y trabajar.
Pero no: ellos prefieren contarnos que todo es súper normal, que todo es decisión “del guion”, que todo es por Navidad.
Ridículo.
Vergonzoso.
Y una falta de respeto monumental.
GRAN HERMANO NECESITA DESCANSO… PERO TAMBIÉN UN NUEVO HOGAR
La frase de “GH necesita descansar” está muy bien, pero ya no es suficiente.
GH no necesita solo parar:
GH necesita escapar.
Escapar de Telecinco, escapar de Zeppelin, escapar de la censura constante, del miedo, del cortoplacismo, del “lo hacemos por hacer”.
Este formato necesita una productora que lo entienda, lo quiera y lo trate como lo que es:
un gigante histórico de la televisión.
Y necesita una plataforma donde el directo sea REAL, donde no haya tijeras, donde el programa pueda respirar, renovarse, reinventarse y volver a ser lo que un día fue:
EL REY absoluto del reality show.
UNA GALA QUE CONFIRMA LA DEFUNCIÓN
La Gala 5 no ha sido una gala: ha sido un aviso, un epitafio y una confesión involuntaria.
La edición está muerta.
Y lo peor es que quienes la han matado siguen actuando como si todo fuera perfecto.
La audiencia no es tonta.
La audiencia sí tiene memoria.
Y tienen razón cuando dicen que sin autocrítica no se avanza.
Porque Telecinco y Zeppelin, desde luego, están demostrando que retroceder es su especialidad.
El Confesionario de Juanfran.







No podías haber descrito la situación mejor. 0 autocrítica, a la audiencia nos toman por tontos y creen que cerrando la edición antes de Navidad está todo solucionado. Verás cuando empiece en enero con los famosos, va a ser más de lo mismo y como no cambien la audiencia le volverá a dar la espalda
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