UNO DE GH20 | GALA 3: MÁS COLABORADORES QUE ASPIRANTES

 


Pues sí, lo digo desde ya: la Gala 3 ha sido la más flojita de las tres. Y mira que el formato me encanta, pero esta vez sentí que el protagonismo se les fue de las manos. Hubo más espacio para los colaboradores que para los propios aspirantes, y sinceramente… eso no es lo que queremos los que estamos siguiendo el programa día a día.

Entiendo que Maica tuviera su momento, porque ha sido la primera madrina y su paso por la casita durante el fin de semana dio para mucho. Ha movido hilos, ha observado y ha dejado ver quién es quién. Pero lo de Miguel Frigenti y Óscar ya fue pasarse. A ver, chicos, con cariño: esto no va de vosotros. Esto va de los aspirantes, del casting, del juego. Si queréis protagonismo, pedid una plaza para la próxima edición, pero no nos robéis minutos de convivencia, que ya bastantes pocos hemos visto.


Y es que ese es el principal fallo de la gala: poquísimo contenido de la casa. Apenas un par de vídeos, todos bastante descafeinados, cuando sabemos (porque vemos el 24 horas) que hay mucho más movimiento dentro. Críticas, estrategias, piques, comentarios… y nada de eso salió. Si quieren una “casa de la pradera”, adelante, pero que no esperen que el público se enganche al sopor. Nosotros queremos conflictos, juego y verdad, que para eso estamos aquí cada noche.

Eso sí, bendita Teresa Colomina, que les dio un baño de realidad a todos. Les recordó que esto no es GH20 todavía, sino una fase del casting, y que están ahí para demostrar por qué merecen estar en la casa de verdad. Los puso firmes y con toda la razón del mundo, porque se les está olvidando que tienen que destacar, no pasar desapercibidos.


El momento clave llegó con El Sofá: el público decidió que Cristian avanzara a la fase final del casting. No me parece del todo mal, porque da contenido, pero si hablamos de merecimiento puro, Nora se lo tenía ganado de sobra. Ella ha sido la reina del 24h, la que más se ha mojado, la que no ha tenido miedo de decir las cosas a la cara. En solo unos días ha hecho más por el show que varios juntos.


Afortunadamente, Maica la amadrinó, lo que significa que Nora será inmune en la expulsión del miércoles. Así que nos aseguramos tenerla una semana más en la casita, regalándonos momentazos y verdades como puños. Porque sin ella, esto se nos queda en modo spa.

Mientras tanto, Noa, Jose y Jana siguen en modo ahorro de energía. Y mira que a Jana le han dado oportunidades para sacar su carácter, pero nada. Se queda en tierra de nadie, observando, midiendo… y eso en un reality no funciona. Si no te mojas, te secas.


Pero ojo, que no todo fueron malas noticias. En esta gala entró una nueva aspirante, Daniela, y ha prometido mucho desde el primer segundo. Tiene carisma, presencia y pinta de que no se va a callar. Espero que cumpla las expectativas, porque ya hemos visto a varios que prometían el oro y el moro… y luego ni oro, ni moro, ni contenido. Ojalá Daniela sea la chispa que la casita necesita urgentemente.



Una gala más plana de lo esperado, con demasiado plató y poco reality, pero que deja nuevas piezas interesantes en el tablero. Cristian en la fase final, Nora salvada una semana más (¡gracias, Maica!) y la entrada de Daniela, que puede ser justo lo que el formato necesitaba para recuperar el ritmo.
Así que crucemos los dedos y esperemos que la del miércoles venga cargada de salseo, decisiones potentes y caretas cayendo a pares. Porque cuando el programa se centra en la convivencia y en los aspirantes, brilla. Y cuando se dispersa… pues pasa lo que ha pasado esta noche.


El Confesionario de Juanfran.

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