Uno de GH20 – Gala 2: Nora arrasa, Cristian se quema y Enrique hace las maletas

 

Si la primera gala me sorprendió para bien, la Gala 2 de Uno de GH20 directamente me enganchó. Ha sido una noche con ritmo, tensión, risas, momentazos y caras largas, justo lo que necesitamos en un reality. Puedo decir sin miedo que me lo pasé como un niño chico comentando todo, porque de verdad que este formato está funcionando mucho mejor de lo que imaginaba.

Nagore Robles. ¡Qué barbaridad de presentadora! Tiene esa chispa que hacía falta desde hace años: divertida, mordaz, directa y sin pelos en la lengua. Se nota que se lo está gozando tanto como nosotros, y eso traspasa la pantalla.

La sorpresa que nos regaló: el próximo lunes conoceremos al primer candidato que pasará directamente a la fase final del casting de GH20. O sea, que uno de los que están dentro ya tiene garantizado su hueco en la final de Uno de GH20 y está a solo un pasito de entrar en la historia del concurso madre. ¿Os dais cuenta de lo bestia que es esto?


Cristian vs Jana: un combate en toda regla

Ay, Cristian… No hay reality sin un concursante que se retrata solo, y esta vez le ha tocado a él. Durante la gala, los aspirantes salieron de la casa para ir al plató y ver algunos vídeos de su paso por el reality. Y aquí explotó el salseo.

Cristian se marcó un numerito de lo más ridículo: que si no tenía feeling con Jana, que si con ella no conectaba, que si prefería que fuera expulsada… ¡Por favor! Si en el 24 horas le hemos visto todo lo contrario, buscándola, hablando con ella, tirándole indirectas. No cuela.

Y aquí es donde Jana brilló. Sin levantar la voz, sin perder la calma, pero con esa mala leche fina que tanto nos gusta en los realities, lo dejó en evidencia en pleno plató. Lo desmontó con datos y con una elegancia brutal, quedando ella como una reina y él como un FALSO.


Los nuevos: Anthony, el correcto… y Nora, el huracán

La gala también nos regaló la entrada de dos nuevos aspirantes: Anthony Voinot y Nora Tobe.

Anthony, de primeras, no me cayó mal. Es simpático, educado, parece buen chaval. Pero claro, en este tipo de realities lo correcto no vende, y si no empieza a soltarse pronto, corre el riesgo de convertirse en mueble de diseño: bonito, pero inútil. Aun así, quiero darle el beneficio de la duda porque a veces los concursantes tímidos acaban sorprendiendo.

Y luego, señoras y señores, llegó Nora Tobe. Lo que hizo esta mujer nada más pisar el plató fue digno de aplauso: en cuestión de segundos, con dos frases y una actitud arrolladora, convirtió al resto de concursantes en muebles de Ikea. Literalmente, parecía que estaban ahí de decoración mientras ella lo llenaba todo con su carisma.
Nora es de esas concursantes que no necesitan tres días de convivencia para destacar; le bastan tres segundos para dejar claro que ha venido a dar espectáculo. Y yo, personalmente, me declaro fan absoluto. Me recordó mucho a Carolina Sobe, una de las grandes leyendas de Gran Hermano. Puro fuego, pura fantasía televisiva.


El primer cucaracho hace las maletas

No podía faltar la primera expulsión. Y el elegido fue Enrique, que se convirtió en el menos votado por el público. No nos vamos a engañar: el chico se ha pasado más tiempo marcando paquete por la casa que dando juego. Su aportación al reality fue mínima, y cuando eso pasa, la audiencia es implacable.
El momento de su expulsión no sorprendió a nadie. Incluso él parecía medio preparado para irse. Como diría la gran Maica Benedicto, estamos hablando de un auténtico cucaracho: mucho postureo, pero cero contenido. La primera baja oficial, y bien merecida.

Mecánica fresca, público reducido pero intenso

Una de las cosas que más me están gustando de Uno de GH20 es que la mecánica funciona como un tiro. No seremos millones viéndolo, pero los que estamos nos lo estamos gozando como si fueran fuegos artificiales.
El ritmo de las galas es ágil, los giros están bien medidos y, ojo, el sistema de votaciones es de lo mejor que se ha hecho en años. Eso de poder votar hasta cinco veces por noche a tus favoritos da muchísimo juego y genera un nivel de emoción que engancha. Te hace sentir que tu apoyo cuenta, y mucho.
El resultado: un reality pequeñito en audiencia pero enorme en intensidad. Aquí no hay medias tintas: o lo amas o lo odias, pero aburrirte, lo que se dice aburrirte, imposible.


Conclusión, Gala 2 memorable. Nora brillando como una estrella en cinco minutos, Cristian quedando como un hipócrita en prime time, Enrique expulsado sin pena ni gloria y Nagore confirmándose como la reina que necesitábamos.
Ahora toca esperar al lunes, porque si ya se nos viene el primer aspirante directo a la fase final del casting de GH20… ¡esto promete muchísimo!


El Confesionario de Juanfran.

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